jueves, 5 de marzo de 2009

Aventura en el Igss 2da. parte

Como les contaba anteriormente en aquel fatídico momento me enviaron al centro asignado según la zona donde vivo.

El lunes tuve la esperanza de sentirme mejor, vería a un doctor que regularmente sabría mi problema y me diría  que hacer, aunque con el temor de recibir la peor noticia del mundo me preparé psicológicamente para estar temprano ya que la secre de emergencia me advirtió que si no estaba a partir de las 6.30 de la mañana sería un sufrimiento total.

A partir de las 8 me senté en la salita de espera ya que la encargada de seguridad me contó que había que hacer cola para abrir mi expediente.  Eso no me sonaba a buena idea.  Quería decir que a pesar de estar mal, de ir pálida y meditabunda tendría que hacer santa cola para abrir un expediente... Y fue así!

A las 11 de la mañana nos llamaron al grupo que permanecía esperando para que nos dieran carné.  Comenzaba a ponerme nerviosa, no me sentía bien y tenía que estar de pie.  Como es habitual en ese tipo de colas comencé a hablar con mi vecina de al lado, me contaba que tenía mucha diarrea, la ví angustiada, dijo que había ido a emergencia del igss y como yo había sido enviada a su casa por falta de cama y mandada a este dichoso lugar.  Me decía: hay seño aquí nos morimos primero y nada que nos atienden.

Digan ustedes que yo soy bien paciente y no me pongo histèrica como otras personas que alegan por todo.  Decidí ser un corderito y eperar.

Ahora viene el gran chistorete:  me dijeron que a las 3 de la tarde tenía que llegar al departamento de trabajo social para que me dieran una "charla" acerca de la institución.  Queeeeeeeeee?, seño yo me estoy muriendo, solo quiero ver a un doctor que me dé esperanzas de vivir.  Sí pero primero llegue a la charla y si se nos muere en ella por lo menos supo para qué sirve el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social...jajajajajajajajaja, en realidad no me dijo eso pero ya me lo imaginaba.

Eran las 12 y se me había pegado la tripa, así que crucé la calle a una tiendita de conveniencia típica de las que ponen frente a los hospitales y compré un mi Activia para facilitar el tránsito intestinal y una mi galleta de mosh para comer saludable.

Llegó la hora y recibí mi charla de bienvenida al fantástico lugar donde curarán todos mis males, siempre y cuando la empresa donde laboro este al día en sus pagos, que siga las reglas que la institución indique al pie de la letra y lleve mis certificados donde consta que trabajo.  Hasta nos hacían preguntas para ver si podíamos atención, lo más chistoso era que todos teníamos una cara de pie en el funeral y nos decían:  haber fulanito, ¿qué enfermedades son las que se atienden en la periférica? jajajajajajaajajajajaj, es que sólo de acordarme me da chistin.

A las 4 de la tarde ya pasamos a cita... Lean bien hasta las 4 de la tarde señores.  Se imaginan la moral que me andaba hechando en ese momento de desesperación y locura?  Es que esta institución pone a prueba al paciente mas tranquilo y saca de quisio al más desesperado.

Ya al borde del abismo me senté en otras banquitas para al fin ver a mi salvador enviado del cielo que había escogido ser doctor para sentirse satisfecho en la vida, porque los doctores lo único que quieren es salvar al prójimo.

Yo era la número 18, eran las 6 de la tarde e iban por el número 4 cuando me dió la chiripiorca de nuevo.  Sudoración, mareo, vértigo etc, tenía el malestar mientras una patoja a la par mía me contaba que su hermana perdió su bebé porque cuando se sentía mal y fue al Igss en el momento de parto los doctores la mandaron a su casa diciendo que todavía no le tocaba dar a luz y que un compañero suyo de trabajo había muerto esperando en la sala que lo atendieran.  ¿Será verdad?, noooooooooo, seño por favor no me cuente eso en este preciso instante instante, mejor cuando este en mi casita riendo de acordarme de esta fase de mi vida.  

Cuando me vieron pálida los enfermeros me dijeron si me sentía bien... me tocaron los signos vitales y mi presión estaba por las nubes, así me atendieron, por una parte que chilero, eran las 7 de la noche y ya no aguantaba irme.

Le conté mis males a la doctora, me desahogué moralmente, quería que alguien aliviara lo que sentía, que me diera un apastillita mágica pero eso no sucedió.

Lo único que hizo fue darme una cita para el Otorrinolaringólogo porque talvez era infección del oído y me dio antibiótico mientras me citaba para otra ocasión.

Continuará...

6 comentarios:

Allan Martínez dijo...

Al IGGS hay que llegar con caja de una vez. Ay amiga... paciencia porque al IGSS no le interesa salvar vidas en el momento y tampoco les importa mucho si petaeás en la acera. Paciencia que esto va para largo. Si podés pagar un seguro por tu cuenta hacelo ya.

David Lepe dijo...

Ay mija, desde que me lo contaste allá, le doy vueltas al asunto y solo te deseo lo mejor.

Wendy García Ortiz dijo...

No puedo creer que esta historia continúe, Selene!!!

Qué suplicio!!!

Cómo te hicieron aguantar la pinche charla!

Ay no... cada vez me asusta más la ceguera de las instituciones!

Anónimo dijo...

perdona niña, pero solo por curiosidad ¿cuantos años tenés? supongo que entre 25 y 30.
lo que describís parece un ataque de pánico y/o ansiedad. no es un insulto, yo soy psicólogo y deberías consultar un psiquiatra, no es algo de lo que te vayás a morir, pero bueno, tal vez por eso no te pusieron tanta atención.
Omar

Seletenango dijo...

jajajaajaja, gracias por la recomendación Omar, ya sé que es lo que tengo, cuento la historia porque me parece divertida, en el final se sabrá acerca de mi mal!, por eso siga leyendo seletenango, no debe perdérselo, pero es una gran recomendación la que me hace, en este mundo de estress suelen pasar estas cosas y toda enfermedad se activa por el remolino de cosas que hacemos sin preocuparnos por el cuerpo. Si muchis, a veces el sistema es una lata, por mas orden que se quiera tener es bueno que recibamos una buena atención porque estamos pagando estes servicio, el Igss no es gratis, simplemente nos lo descuentan y pagamos bastante por él, es mas o menos la misma cantidad que pagar un seguro, eso es lo que indigna, que nos tratan como si pidieramos el favor cuando pagamos las cuotas mensuales.

Duffboy dijo...

Creo que Michael Moore su hubiera dado gusto viniendo a Guate para filmar el documental Sicko. Una charla informativa antes de atenderte... ¿dónde están los trifoliares cuando los necesitas?