viernes, 27 de febrero de 2009

Un hijo? Un amigo? un hermano?...

Ayer me subí a una camioneta, de esas que llevan un policía adelante y un soldado atrás.  

Parados, con la mirada perdida, sin hablar, en esa amontonazón  de la hora pico que le come los cesos a cualquiera.  En ese momento me preguntaba:

En que piensan?
Tendrán miedo?
Serán valientes?
Serán casados?
Cuantos hermanitos tendrán?
En qué aldea o zona vive su familia?
Cuanto enviaran al mes a su mamá?
Son tan jóvenes, casi niños, porqué decidieron ser soldados?
Con quién hablan?
Asegurarán firmemente el hecho de dar la vida por su patria, o fue una elección tomada para asegurar el plato de comida en la mesa?

A veces me inspiran ternura, he hablado con más de alguno, con un guardia de seguridad que me contaba que el bus de la empresa lo deja a 2 kilometros de su casa y tiene miedo a represarias por que lo miren en el terreno valdío que tiene que cruzar para llegar a su colonia y se den cuenta que trabaja en seguridad y lo tomen por sorpresa.  Que es una vida dura, que no les pagan bien, porque el 75 por ciento es para la empresa y el resto para ellos.  Que tienen que endurecer su corazón para que no les afecte  la muerte de alguien.

Estas carreras y oficios son un tanto duros, rentables en países como el nuestro... o como en el resto del mundo.

3 comentarios:

Pepe Barrascout Ortiz dijo...

Que tremenda reflexión, buenísimo el texto.

Saludos

David Lepe dijo...

Cada vez está peor la violencia. Estoy de acuerdo con Pepe sobre la reflexión, muy valiosa.

el VERDE !!! dijo...

y además del esfuerzo y el sacrificio, se aplaude que no crucen la frontera de la corrupción.

En esas condiciones es tan sencillo hacerse de la vista gorda ante muchas cosas.