Estimados amigos Seletenanguenses, turistas, cuerpo diplomatico y demás.
Hace algunos meses escribí sobre las patoaventuras de un asalariado en el bien aventurado Igss o Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Pues déjenme decirles que me considero una ciudadana tolerante y que a pasado por alguna especie de prueba de urbanidad que me hizo la ciudad capital.
He acudido a más citas luego de mis post, aunque con muchos meses de diferencia y no quería escribir hasta tener el cuadro o diagnóstico bien definido, el cual no fue descubierto por esta institución pero luego de un tiempo y con ayudas externas pacientemente me detectaron. sigo en eso.
Por lo pronto diré que la enfermedad es una cuestión de mucha paciencia y enredo, y que espero se normalice para vivir bien. (larga historia)
Lo que aprendí de esta experiencia fue "ser paciente", que las secretarias tienen días buenos, días comprensibles, días amargos, y días sumamente infelices, en los cuales tienen y no tienen razón y uno termina pagando el pato de todos sus conflictos sentimentales, laborales y pacionales.
Que existen doctores que recibieron su título por obra y gracia de no sé quién y doctores que son verdaderos ángeles que se ponen en lugar de las personas, y, que se vé que ser médico fue una vocación que venía con ellos desde el vientre materno; te alegran tu vida, dan esperanza y mejoran este cacaste de cuerpo que nos prestaron por un ratito y que a veces no cuidamos; que el Doctor de Doctores es Dios y él tiene absoluto control de todo, pase lo que pase.
Algo que agradezco del Igss es la "medicina", ya que, en serio, me he ahorrado miles de quetzales.
Sigo en el Igss, ya que, gracias a Dios tengo un trabajo y un consultorio que aunque a veces desespera mucho, ayuda.
Cada personaje, cada Doctor, cada paciente, cada movimiento, cada regla, cada forma de coexistencia de ese micro ambiente en dicha institución es tan peculiar; de una manera ácida, dulce, multicultural y divertida que le agregó pimientita a mi vida.
Soy otra persona, comprendo muchas cosas, el Igss me hizo sentir parte de lo que soy y lo que muchos guatemaltecos sufrimos y vivimos. Hablé con gente increíble en mis esperas, observé muchas cosas, aprendí a ponerme chispuda porque si nó te ponés pilas en los trámites, te lleva el río. Me enseñó a pelear por lo que necesito y me hizo ver que los guatemaltecos somos raros, amables, aguantamos aunque nos venga la tormenta, somos ingeniosos, platicadores y lindos.
Por el momento seguiré allí con mi tratamiento, al menos hasta que tenga trabajo. jejejeje.
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