viernes, 27 de febrero de 2009

Un hijo? Un amigo? un hermano?...

Ayer me subí a una camioneta, de esas que llevan un policía adelante y un soldado atrás.  

Parados, con la mirada perdida, sin hablar, en esa amontonazón  de la hora pico que le come los cesos a cualquiera.  En ese momento me preguntaba:

En que piensan?
Tendrán miedo?
Serán valientes?
Serán casados?
Cuantos hermanitos tendrán?
En qué aldea o zona vive su familia?
Cuanto enviaran al mes a su mamá?
Son tan jóvenes, casi niños, porqué decidieron ser soldados?
Con quién hablan?
Asegurarán firmemente el hecho de dar la vida por su patria, o fue una elección tomada para asegurar el plato de comida en la mesa?

A veces me inspiran ternura, he hablado con más de alguno, con un guardia de seguridad que me contaba que el bus de la empresa lo deja a 2 kilometros de su casa y tiene miedo a represarias por que lo miren en el terreno valdío que tiene que cruzar para llegar a su colonia y se den cuenta que trabaja en seguridad y lo tomen por sorpresa.  Que es una vida dura, que no les pagan bien, porque el 75 por ciento es para la empresa y el resto para ellos.  Que tienen que endurecer su corazón para que no les afecte  la muerte de alguien.

Estas carreras y oficios son un tanto duros, rentables en países como el nuestro... o como en el resto del mundo.

viernes, 20 de febrero de 2009

Una aventura en el Igss

Cómo olvidar ese viernes...

Me sentía cansada, Mario, mi compañero y amigo me pidió que lo acompañara a comprar papel para impresión.  Estaba extraña, sentía mi cara un poco caliente, pero decidí ir.

Esa tarde llevaba tacones, Marito me dijo: ¿no se cansa?, nó, le dije mientras las piernas me temblaban y un sudor frío comenzaba a recorrer mis manos.

Mientras compraba sus cosas yo pensaba, ¿será que esto es normal?, porqué me siento tan nerviosa y tengo ganas de salir corriendo.  Aguanté y la regresada fué igual o peor de cruel, mi amigo me hablaba y yo sólo veía sus gestos mientras todo me daba vueltas.

Al regresar fuí al baño, me sentía mareada, calenté mi comida, dí un suspiro y entré a la sala de reuniones a comer con mis compañeros.   Estaba callada, mis ojos se fueron, el corazón comenzó a latirme fuerte, muy fuerte, tanto que no podía controlarlo.  Todos hablaban y yo me mareaba más y más y solo pensé.... creo que me llegó la hora.  Esa sensación de vacío que mi cuerpo no aguantaba más nunca la olvidaré.  No tenía control de mi corazón y mi respiración, parecía como si hubiera tomado toda la cerveza del mundo y tenía goma, helicoptero, ausencia de mi misma, talvéz estaba muriendo... no me quedó más remedio que dejarme llevar.  Sólo escuchaba voces gritando, llamando a doctores, pidiéndome que me levantara mientras estaba como ida, pensando...¡me muero, me muero!, orándole a Jesús irme con él y que perdonara todos mis pecados habidos y por haber.  Me pidieron que me levantara y cuando traté de levantarme de la silla caí de rodillas, el corazón se me salía y yo dejaba de respirar.  

Me quitaron los zapatos, las medias, el sueter, estaba ida, como muerta, me lastimaba el oído cada sonido y mi interior decía... hoy sí me voy a morir, ayudame Dios.

Llamaron a un doctor, lo  único que escuché fue: esta niña tiene taquicardia, y no respira, llamen a una ambulancia... ¿tiene seguro?, ¿tiene doctor?, ¿tiene carné del igss? .... lo demás es historia.

Los bomberos llegaron por mí, solo quería morir en un lugar digno que no fuera mi trabajo (jajajajajaja) me llevaban en una silla, como a tuto, como celebrando una boda judía.  Me pasaron a una camilla, sentía muchas sombras y decía...Mierda! que clavo, el lunes en el trabajo me van a chingar por haber salido en ambulancia, no quiero regresar más.....que muladas piensa uno.

La ambulancia estaba fría, yo estaba fría, sudaba frío mientras una de mis compañeras y amiga le preguntaba al bombero porque estaba así.  Sentí eterno el viaje, por suerte me pusieron mis chapulines fucsia, iba fashion al encuentro con mi destino en el igss, aunque pensaba que talvéz me los quitarían y desaparecerían... eran mis favoritos.

Al entrar me metieron en una camilla, me fueron a dejar a un cuarto a morir a mi suerte pensaba.  Moría del frío, estaba tiritando y diciendo tonterías, me aferraba fuerte al pedacito de tela de cebolla que me pusieron encima para taparme, a lo lejos escuchaba a mi amiga decir: 

-Usted no sabe donde trabajo, soy de un medio de comunicación y si no la atienden lo voy a publicar.   

Hay mis patojas, siempre preocupadas por uno.  Me confortó escuchar la voz de mi novio y su mano estrechando mi mano, ya no me sentía sola, solo preocupada.  El director bajó personalmente a atenderme debido a las quejas de los medios..jajajaj, es efectivo usar influencias...

Mi novio pálido y preocupado me decía que todo iba a estar bien, y yo le creía.  En la camilla próxima había una muchacha con la misma situación, llevaba tres horas y nadie la miraba. Recuerdo el desfile de estudiantes de medicina que pasaban y nos preguntaban qué teníamos sin hacer algo al respecto. Mientras moríamos.  Alguna enfermera tuvo piedad y nos llevó suero, duele mucho pense, pero no importa sólo quiero que termine este martirio.

Una enfermera llegó muy tranquila a decirnos que tuvieramos paciencia, miles de enfermeras preguntaban nuestros síntomas mientras mi compañera de cuarto lloraba porque se sentía mal y no la atendían.  Me dieron ganas de ir al baño, mi novio me llevó, cando ví el corredor me dieron ganas de salir corriendo y me sentí privilegiada, miles de personas verdaderamente mal, incluso esperando operación sentadas en la banca con el suero colgando de la pared.  

Allí estaba un hombre casi con sus entrañas en la mano y en el suelo un púlmon como de quetzalteca llevando fluidos corporales, más pálido que yo con oxígeno sentado esperando.  Un patojo esperando ser operado boca abajo en el sillón de madera, era un desconsuelo total.  Yo, con vértigo y todo caminaba como saliendo de la fiesta más mortal a la que jamás he asistido.  El baño....uf ni les cuento, de acordarme me pongo a llorar.

A las 7.30 una cara conocida me dió consuelo.  La mamá de mi novio me llevó sopita y un té, cuando la ví fue como si Jesús me bajara un angelito...me habían tomado exámenes de sangre y en 2 horas me darían los resultados.  Entró una enfermera a decirnos que me habían dejado dieta suave pero que esa noche solo habían frijoles con carne y por eso no me darían de comer.

Estaban  decidiendo si me quedaba ingresada o salía esa noche, el sólo hecho de no darme de comer, de ver a miles de desconocidos entrar a mi cuarto y yo estando sola me generaba una angustia que no podía conmigo.  La mamá de mi novio fue mi consuelo, no le queríamos decir nada a mi máma porque le daría el patatush mezclado con la paranoia.

A las 10.30 de la noche entra un doctor muuuuuuy joven a decirme que mi sangre estaba alterada, que posiblemente era una infección, ¿infección de qué o qué? en eso me dá a escoger a la ficha diciendo:  

-Mire, se puede quedar internada para que la observemos en la noche, aquí en la sala porque no tenemos camas, o se puede ir a su casa y el lunes ir a la Periferica que le toca según la zona donde vive.

-Mi mente se repetía un grito:  Queeeeeeeé?????????? pero si me quitan un chingasasal de dinero al año de igss, pago todos mis impuestos...y no soy la única que lo hace.  No estamos mendigando este serivico, lo pagamos cada mes puntual.  Que pasa aquí señores.... donde están los 4oo millones que se robaron de esta institución?, qué gente sin alma deja que en emergencias los moribundos esperen por una cama en una banca de madera?.   

-Sí, me dice el doctor, hay una señora afuera que leva 5 días  esperando por una cama.


Escogí irme a mi casa con la insertidumbre y esperar confortada y calientita en mi cama lo que me dirían el lunes en mi Periferica...


Continuará...


miércoles, 18 de febrero de 2009

Felicidades cineastas chapines

Al llegar a mi trabajo y revisar las noticias de la mañana recibí una gran sorpresa...uno de mis amigos salió en el Siglo! Felicidades Sergio, me alegro mucho que el cine en Guatemala este lleno de talentos como vos.

Para que se entenren mejor del asunto les copio un pedacito de la noticia que salió en Siglo 21, esperando vernos allí el día de mañana:

Lo hacemos porque nos gusta es el nombre de una noche de cortos, la cual se llevará a cabo mañana, en los cines Magic Place, a partir de las siete de la noche. La admisión es libre.
En este evento participan Julio Hernández, Sergio Ramírez y Rafael Tres. “Esta es una muestra de la pasión por contar una historia. Es la pasión por narrar con imágenes”, comenta Hernández.
Luego de la proyección de cortos, se presentará Prohibido robar rosas, de Rodolfo Espinoza; la entrada es de Q25.

Cine con los pies en la tierra
Hernández, Ramírez y Tres tienen en común una cosa: estar en la etapa de desarrollo de proyectos de largometrajes, en los que pretenden mostrar Guatemala desde una mirada intima. Este es el caso de La distancia, la propuesta de Ramírez, que “es un encuentro entre padre e hija después del conflicto armado. De cómo 13 años después de la Firma de la Paz las heridas no han sanado. Esto nace a partir del contacto con la realidad, no a partir de un discurso de militares, de buenos o malos”, dice su autor. La distancia será presentada en Toulouse, Francia, a finales de marzo, para buscar financiación.
En esa misma nación europea es donde Hernández estará trabajando desde el 2 de marzo con el proyecto Polvo.
Por otro lado, está el audiovisual Pasión de color, en el cual Tres presenta la historia de una joven de 17 años que quiere jugar futbol, lo que genera un conflicto con su padre. “A mi manera de ver, ya estoy aburrido de películas de mareros, secuestros y cosas negativas. Creo que hay gente que trabaja en el país, donde un contexto violento no evita que haya una luz”, opina Tres.
En resumen, “esto se hace porque nos gusta; no queremos hacernos millonarios. Es intentar dejar un registro de la historia y de lo que estamos haciendo. Guatemala necesita este tipo de espejos. Hay mil maneras de contar historias, y todo es válido; por ello no debemos descalificar el trabajo de los demás. Coincidimos en un punto geográfico, son proyectos realistas, congruentes con el país y con nosotros”, concluye Hernández.

Gabriel Arana, Siglo 21.

martes, 17 de febrero de 2009

Luego de un pesado sueño...

Luego de un torbellino de cambios, vengo entrandole a toooooodo, me doy cuenta que cada día hay que vivirlo como si fuera el único que siempre hay la oportunidad de crecer, de olvidar lo malo y tener presente lo bueno, de enfrentar tus mayores temores y de valorar a los amigos que están allí para apoyarte y verte crecer. Gracias muchis por todo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Y la gente vió mi ropa de segunda mano
preguntando con discresión:
De dónde procede tu familia hijo?
Y yo respondí:
De todos los días...
de 7 a.m. a 5 p.m.
por los siglos de los siglos,
amén.
Alejandro Marré